Un ex recluso
subió al carro a ofrecer algunos productos, trato de persuadir con una historia
no tan creíble, expresando que un error lo llevó preso por un buen tiempo,
y que ahora ya es dueño de su libertad, y está saliendo adelante vendiendo
galletas y dulces. Entre tanto palabreo un poco inconsistente decidió
ofrecer sus golosinas pasando por los asientos de los pasajeros, la gran
sorpresa ocurrió después, porque se colocó en la parte delantera, al lado
del conductor y nos dijo con una voz mucho mas fuerte lo siguiente: "Nadie
me ha comprado nada, ni un galleta, ven como no me apoyan, para mí sería más fácil conseguir
dinero de otra manera, podría seguirlos y robarles todo, eso podría hacer, pero
no quiero volver a caer en eso, pero miren nadie me ha comprado
nada, así no me motivan, solo me obligan a seguir robando, porque no
me compran nada, voy a volver a pasar por sus asientos, espero su apoyo".
Me quede un poco
sorprendido, pero no creo que los pasajeros seamos quienes obliguemos
a este caballero a seguir haciendo las acciones que lo llevaron
preso, es un buena iniciativa salir adelante, pero también aceptar
que no será fácil y sobre todo tener convicción de la lucha que conlleva.