A veces la pena entra solo por los ojos; al mirar una foto, mientras lees un texto, cuando ves un video o simplemente al recordar, es tan difícil soportar estos malditos momentos, porque sientes que te ahogas de impotencia, quizás de no haber podido reaccionar antes del error, y buscar un solución rápida, o simplemente por resignarte.
La pena la voy perdiendo mientras converso con mis amigos, son de gran ayuda y no simplemente los más cercanos, también pueden ser algunas personas de encuentros esporádicos. A mi me ha resultado mucho mejor, porque hace un día de casualidad contacté con Ruben, a él lo conozco muy poco pero tuvo el don de escucharme primero y luego entenderme.
Siempre he creído que el escuchar es un Don que pocas personas lo poseen, ya que muchos para evitar toda la historia lo primero que hacen ni bien haya pasado unos cuantos minutos, es darte sus apreciaciones o consejos. Luego lo que estoy haciendo es mantenerme ocupado, eso es fundamental ya que distraes la mente, para poder evitar esos momentos de pena, supongo que ya más adelante podremos sobrellevar todo lo que nos afecta y ya no prestarle importancia. :)
Coincido contigo, conversar me ayuda a despejarme, también escribiendo conjuro mis demonios internos y les capturo en historias inofensivas. Pero el arte de conversar en realidad consiste en escuchar, dejar que el interlocutor haga su catarsis contigo. Me ha gustado esta entrada! Breve y sustanciosa!
ResponderEliminarGracias :)
EliminarTambién concuerdo contigo, es fundamental la comunicación!! saludos
ResponderEliminarGracias, :)
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